Déjame pintar las paredes con tu nombre,
dejando letras sobre los trazos,
dibujando tu rostro,
y formando nubes de amor en los balcones.
Déjame entrar en tu vida,
en tus días y en tus noches,
viendo el atardecer desde tu ventana
y clamando amor desde las afueras de tu morada.
Déjame formar parte de tus sueños,
ser el protagonista de esas historias de amor,
como romance de un príncipe azul
en un cuento de Hadas.
Déjame ser el sístole y el diástole de tu ritmo cardiaco,
el médico de cabecera de tu corazón,
el lunar de tu piel.
Déjame susurrar debajo de tu almohada,
calentar tu habitación como estufa encendida.
Déjame probar la miel de tus labios,
el cálido aliento de tus abrazos,
el aroma a néctar de tus cabellos,
la lisura en tus manos.
Déjame recitarte esta poesía,
hoy una prosa y mañana un verso,
para saborear la magia de la literatura
y sentir la escarcha sobre nuestros hombros,
porque los poemas son testigos
del amor y de la inspiración.
Déjame firmar las cartas de amor,
sellar mi nombre con las palabras,dejando letras sobre los trazos,
dibujando tu rostro,
y formando nubes de amor en los balcones.
Déjame entrar en tu vida,
en tus días y en tus noches,
viendo el atardecer desde tu ventana
y clamando amor desde las afueras de tu morada.
Déjame formar parte de tus sueños,
ser el protagonista de esas historias de amor,
como romance de un príncipe azul
en un cuento de Hadas.
Déjame ser el sístole y el diástole de tu ritmo cardiaco,
el médico de cabecera de tu corazón,
el lunar de tu piel.
Déjame susurrar debajo de tu almohada,
calentar tu habitación como estufa encendida.
Déjame probar la miel de tus labios,
el cálido aliento de tus abrazos,
el aroma a néctar de tus cabellos,
la lisura en tus manos.
Déjame recitarte esta poesía,
hoy una prosa y mañana un verso,
para saborear la magia de la literatura
y sentir la escarcha sobre nuestros hombros,
porque los poemas son testigos
del amor y de la inspiración.
Déjame firmar las cartas de amor,
guardar el cofre de los poemas.
Dejame tomar dictado de tus encantos,
inhalar el aire que respiras,
sentarme al costado de tu sofá.
Déjame salir por las calles pregonando ensueños,
con gigantescas pancartas y colosales carteles frente a la plaza,
proclamando sueños que me consumen
y que cosquillean en mi corazón.
Déjame cubrirte de la tormenta intensa,
abrigarte cuando sientas frío,
secar las partículas de tus lágrimas
cuando escasea el rocío.
sentarme al costado de tu sofá.
Déjame salir por las calles pregonando ensueños,
con gigantescas pancartas y colosales carteles frente a la plaza,
proclamando sueños que me consumen
y que cosquillean en mi corazón.
Déjame cubrirte de la tormenta intensa,
abrigarte cuando sientas frío,
secar las partículas de tus lágrimas
cuando escasea el rocío.