viernes, agosto 10, 2012

Rizadas

Pestañas prominentes
que se pierden por la noche
y asoman en el alba,
se esconden entre el magnetismo
horizontal de tu mirada,
imán que atrae mariposas,
robustas y firmes.

Anzuelo aguzado,
que viajas de puerto en puerto,
de mar en mar,
atravesando el caudal de los sueños,
fusionando el cielo con la alta mar,
irrumpiendo el oleaje,
tempestad de amor.

Pestañas rizadas,
que bordean aquellos ojos sublimes,
vigilantes del infinito,
descansan sobre el manantial de tus párpados,
lagrimita de cristal,
saben a miel primaveral.
desprenden polen de sus lisuras.

Locomotora vehemente,
rosa,
surca los rieles de la dicha
que dibujan tus iris.
Iris pigmentado con chocolate
que acabas en un arco iris,
y te enciendes cuando nace el sol,
pupila de sirena.

sábado, marzo 10, 2012

Sobran las palabras

Solo basta contemplarte debajo de una arboleda
en la dulce primavera,
abrazando el viento que atraviesan tus cabellos,
en el fluyente viñedo.

Tus lágrimas me sumergen en alta mar,
aseándome de cualquier impuresa,
mitigando mi sed,
se diluyen en la sábana de poros
que cubren mis tímidas manos.

Déjame secarte las mejillas empapadas
con un pulcro pañuelo de pétalos,
dominar el torrente
y evitar el caudal en tus ojos.

Tu mirada esquiva las palabras,
penetra las paredes de mis retinas,
se cuela entre las acequias de incertidumbre,
y descansa sosegada en el limbo.

martes, febrero 14, 2012

Esperando abril

Tenía los ojos cansados,
de melancolía y tristeza,
y los pañuelos usados,
que escondía debajo la mesa.

En días presurosos,
apareciste como una ráfaga de luz,
y naufragaste a orillas de mi mar,
trayendo abajo la cruz,
despertándome y rescatándome de una maldita pesadilla.

Sepultaste cabos sueltos que perturbaban las mañanas,
las tardes y las noches.
No importó si fui ametrallado,
derrotado y humillado,
esperaba sólo un par de bofetadas,
sin huella en las mejillas.

Eres la doncella y musa del clima tropical,
que brillas cuando traes vestido blanco,
y mis pupilas arden como leña en la chimenea
cuando abres el pórtico y me miras.

Somos dos niños inocentes,
plagados de ilusión y querer,
que nos avergonzamos
cuando hablamos de declaraciones de amor.

Has cambiado mi tristeza en baile,
me ceñiste todo de algarabía,
y como diría un viejo fraile,
la ilusión no se esfuma en un día.

Tus palabras auxiliaron mi consuelo,
tus manos primaron en mi dorso,
tus labios seducieron los míos
tus ojos me enseñaron a ver la vida,
tus cabellos envolvieron de perfume mis camisas,
y tu cuerpo invocó los deseos
huérfanos de lujuria.

Un ángel me hablaba de ti,
cuando se quebraba mi voz.
Estos versos y estas prosas son para vos,
abandonando las tardes taciturnas,
contemplando al crepúsculo posarse sobre el mar,
y esperando abril.

viernes, enero 06, 2012

Mentiras

Tus labios saben a hiel
tu lengua se enreda por mis cabellos
derrochando secretos
y mentiras de amante infiel.

Juegas a la ruleta rusa
cuando gritas cuando callas
cuan vieja ilusa
estirpe de canallas.

Fuego incandescente brota de tus pupilas
y ceniza de tu cuerpo,
sosegado de cuclillas,
indignado y exento.

Conservo el hermetismo
siguiendo tu camino,
acariciando el erotismo
en nuestro destino.

Guárdame dentro de un sobre lo que tengas que decir
sellado de una mentira piadosa,
así evito fingir,
embustera y maliciosa.

Detrás del autor intelectual de cada retrato inocente
existe una seductora mentira,
que señaliza cicatrices en la frente,
y que embriaga de ira.

Infundios y falacias
caen cuando nace el alborada,
secando el rocío de las lluvias
y se deslizan entre los pliegos de tu falda.

Mentiras,
cuando me miras.